Este proyecto se diseñó replanteando las posibilidades de un espacio terraceado, por lo que se tomó la topografía como gesto e intención principal.

Con mucha delicadeza y cuidando su escala, emergen de este paisaje unas pequeñas torres de una naturaleza vertical y sólida: enfocada al resguardo de la calma, el silencio y descanso en su interior. Rodeadas a la vez, de unas plataformas terraceadas en la topografía natural que permiten disfrutar de encontrarse en medio del paisaje junto con sus características endémicas, en un espacio abierto donde el límite entre lo interior y exterior se pierde.

Es en el contraste entre estas dos distintas naturalezas donde se hace evidente la separación de atmósferas. Lo que demuestrantra que se puede converger en el mismo tiempo sin irrumpir el ritmo natural de una con la otra, eliminando así por completo la gran desventaja de un desarrollo vertical.

En el proceso de diseño tanto integral como de espacios interiores, se planteó cuidadosamente siempre tener impresiones visuales y líneas claras, sin interrupciones volumétricas en el espacio ni amueblamiento. Dando como resultado una percepción de sencillez y paz hacia el paisaje, tanto de la montaña como del Pacífico mexicano.